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Patrocinadores de lo mejor de las oficinas

Lyreco

Ser una marca dedicada a la venta de material de oficina y ser una marca reconocida es algo difícil de combinar. Esto es así porque Lyreco juega dentro de una categoría muy racional y productera, con muy poca implicación emocional por parte del público y en la que nadie repara hasta que surge una necesidad. Lo que explica que su objetivo principal sea conseguir notoriedad.
 
Si bien es cierto que los productos que ofrece Lyreco son prácticos, funcionales y con los que resulta complicado establecer cualquier tipo de conexión, también es verdad que son aquellos que facilitan esos momentos emocionales, divertidos y tragicómicos que compartimos con nuestros compañeros de trabajo.
 
Precisamente por eso, Lyreco deja de ser una marca aburrida para convertirse en “Los patrocinadores de lo mejor de las oficinas”, porque está presente en esas escenas insightful inolvidables que todos hemos vivido alguna vez: desde esa silla con ruedas con las que hemos competido en más de una carrera, hasta en la canasta papelera en la que tantas bolas de papel hemos encestado.
 
De esta manera, Lyreco se convierte en una marca a la que querer, que demuestra que está cerca de sus clientes aunque en ocasiones no se fijen en ella, y lo cuenta como ella es: de forma divertida y notoria.